Vomiting

Cuando vomitar se convierte en un placer sublime

Cualquier cosa repetida en el tiempo, por desagradable que sea, puede convertirse en placentera.


¿Como empieza el vomiting?

La persona empieza a provocarse el vómito como una forma de compensar cuando ha comido de más. Por ejemplo, la persona con anorexia puede usarlo cuando su gran capacidad de control sobre la comida empieza a fallar; la persona puede usarlo para compensar su frecuentes atracones. Al principio es algo desagradable, pero una buena herramienta que compensa el exceso de comida, e incluso una forma de disfrutar la comida prohibida sin engordar.

¿Cómo evoluciona el vomiting?

Sin embargo, cualquier cosa repetida en el tiempo, por desagradable que sea, puede convertirse en un sublime placer: a nadie le gusta el primer cigarro o el primer Whisky, pero con el tiempo y la repetición, acaban siendo sumamente placenteros. En el vomiting la persona ya no vomita para compensar sino que come para vomitar, porque vomitar se ha convertido en algo muy placentero, que está totalmente fuera de control, se convierte en una compulsión.

Vomiting: el placer de vomitar

Hemos de tener en cuenta que es un problema basado en el placer, y los problemas basados en el placer son mucho más resistentes que los basados en el miedo, y requieren una intervención muy específica. El vómito pasa de una forma de compensar el exceso de comida a un grandioso placer. Estamos ante un problema con un funcionamiento propio que nada tiene que ver ya con la anorexia o la bulimia.

 

En algunos manuales es considerada como una variante (con conductas de eliminación) de la anorexia nerviosa o bulimia nerviosa. Sin embargo es un trastorno con una estructura diferente a la anorexia o la bulimia. Lo cierto es que son comunes en la base pero cuando se constituye se convierte en un trastorno totalmente diferente.

 

De la misma forma que el hidrógeno o el oxígeno dan como resultado una cualidad emergente que nada tiene que ver con ellos, el agua, aquello que algunos psicólogos denominan bulimia nerviosa purgativa, y anorexia nerviosa purgativa, desde la Terapia Breve Estratégica se conoce como vomiting: un trastorno diferente a la anorexia o a la bulimia, que precisa de un abordaje específico porque se convierte en una compulsión basada en el placer: comer para vomitar, no para compensar, que tiene poco que ver con la anorexia o la bulimia.

 

Es un ritual placentero que consiste en comer para vomitar. Tan placentero que guarda un gran parecido con la relación sexual. De hecho, con frecuencia acaba sustituyendo a las relaciones sexuales y se conoce como el amante secreto o el demonio tentador. 

Se pueden ver las mismas fases que en la relación sexual:

Deseo: la persona fantasea con la comida.

Consumación: se da el atracón. 

Orgasmo: vomita.

La persona que vomita, por raro que parezca, encuentra un gran placer en vomitar la comida.

Deja de ser un trastorno alimentario para convertirse en una perversión basada en la comida, en un trastorno basado en el placer.

 

De una solución para no engordar se pasa, a través de la continua repetición, a un ritual agradable que provoca un placer único al que la persona no puede renunciar. Y es que todo aquello que se repite es susceptible de generar placer (Laborit, 1982).

 

El fin ya no es el peso sino el placer que provoca comer y vomitar. Se convierte en un amante secreto que produce un placer inigualable. Son personas que buscan obsesivamente el placer y las sensaciones fuertes (sensation seekers, Zuckerman).

 

Comer para vomitar es una tarea fácil de llevar a cabo: la comida es fácil de conseguir y vomitas tú solita, sin ayuda de nadie.


Consecuencias de vomitar

Ya lo decía San Agustín, ninguna persona puede vivir sin placer. El problema es que este placer tiene unas consecuencias fatales en la salud. Una de ellas es que al vomitar se pierde mucho potasio, un electrolito esencial para el buen funcionamiento del corazón, que al faltar puede provocar paros cardíacos. Otras consecuencias no se ven a corto plazo, se ven cuando han pasado años y ya no hay forma de revertirlas: lesiones en el esófago, pérdida de dientes, alargamiento de la cara…

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Tipos de vomiting

Dentro del vomiting tenemos diferentes tipos de intérpretes:

01

Inconscientes

Las más jóvenes, aquellas que aún no son del todo conscientes de que vomitar se está convirtiendo en un placer.

02

Conscientes arrepentidas

la gran mayoría, sonconscientes del placer que les genera vomitar, pero no son capaces de dejarlo y quieren ayuda.

03

Conscientes complacidas

son perfectamente conscientes del placer que les provoca vomitar y del problema que supone, pero no tienen ninguna intención de dejarlo.


Todas las transgresoras, se diferencian en el grado de consciencia y en las ganas que tienen de librarse de ese amante secreto que tanto placer les brinda, algo que marcará el devenir de la intervención.

 

La vomiting inconsciente tiene el mejor pronóstico. Suelen ser más jóvenes y se las conoce como inconscientes porque aún no se han dado cuenta de que el vómito se ha establecido como una forma de placer.

 

Las vomitadoras arrepentidas son la gran mayoría. Son aquellas que llevan a cabo la conducta de vomitar conscientemente, pero se sienten mal y quieren dejar de hacerlo.

 

Y las vomitadoras complacidas también son conscientes de lo que hacen, pero no tienen ninguna intención de dejarlo.


¿Cómo se interviene el vomiting?

Cada uno de los tres tipo de vomitadoras requiere un tipo de intervención, porque estamos ante 3 tipos de personalidad distintas que funcionan de forma distinta. La intervención se basa en convertir el sublime placer de vomitar en tortura, para que la persona pueda volver a disfrutar de esos otros placeres de la vida que el demonio oculto del vómito ha hipotecado.

Enlaces de interés:

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