Hagas lo que hagas, te equivocarás. Porque el de padre o madre, es el oficio imposible. Los padres dudamos a menudo de si lo estamos haciendo bien o mal, porque nuestros hijos no vienen con un manual de instrucciones y el papel de guías, en este mundo tan complejo y cambiante, tiene poco de blanco o negro, y mucho de gris.
Por eso, cuando te parece que tu hijo está perdiendo el rumbo, y no tienes recursos para encarrilarle de nuevo, es de gran ayuda contar con la ayuda de un especialista, que te de una visión externa del problema, y las herramientas necesarias para enderezar el rumbo.
El problema no es que pierda el rumbo, eso forma parte de su desarrollo. El problema es que no tenga a nadie que le marque el camino.