Ser feliz a pesar de las redes sociales

INDICE DE CONTENIDOS

01 - Salir del círculo vicioso de envidia e insatisfacción de las redes sociales es posible

02 - La insatisfacción que nos provocan las redes sociales nos lleva a consumir

03 - ¿Se basa el éxito de las redes sociales en la envidia?

04 - El secreto de la felicidad en las redes sociales: comprar

05 - La decepción es el auténtico secreto de la felicidad

06 - Ni meditación ni mindfullness. Para lograr la felicidad pasa a la acción

Salir del círculo vicioso de envidia e insatisfacción de las redes sociales es posible

Síndrome del momento perfecto: sensación de decepción cuando nuestras experiencias no cumplen con las elevadas expectativas que habíamos puesto en ellas.

Las cosas no salen como habíamos imaginado. Sin embargo, si esto pasa es que todo va bien, porque es exactamente lo que buscan las redes sociales: generar insatisfacción con su básico motor, la envidia.

La insatisfacción que nos provocan las redes sociales nos lleva a consumir

Lo que las personas insatisfechas buscan no es nada raro o equivocado, ya que querer ser mejor, querer tener más, etc. es natural. Lo que está equivocado es hacerlo de la forma en la que nos proponen las redes sociales, que sólo exprimen al máximo esa naturaleza de querer más para crear una necesidad que nos lleve a estar insatisfechos para consumir.

¿Se basa el éxito de las redes sociales en la envidia?

La envidia no es una cosa que tenemos dentro sino algo que nace de una estructura social que se crea a través de la comparación: la envidia tiene 3 patas: el envidioso, el envidiado y el número de personas que desean al envidiado. La envidia que sentimos depende del número de personas que desean eso, y el motor de las redes sociales es la envidia, las RRSS no están diseñadas para satisfacer deseos sino para crear necesidades.

El secreto de la felicidad en las redes sociales: comprar

El fin último es el dinero. Quién te dice que el dinero no es importante en un sistema capitalista como el que vivimos, te engaña vilmente. El dinero es importante para aquellas cosas que dependen del dinero, y en este mundo dependen muchas cosas del dinero, no puedes ser feliz sin dinero en este mundo.


De hecho, esta sociedad funciona sobre la lógica de la insatisfacción que lleva a consumir, y las redes sociales nos desvían a tratar de conseguir un sucedáneo de felicidad, la llamada felicidad mercantil, donde la felicidad ya ni siquiera está en tener sino en comprar.

Han conseguido que nos sintamos bien comprando, ni siquiera disfrutando aquello que compramos. Es como en las adicciones, que la persona disfruta más imaginando cómo va a ser ese momento que del propio momento.


En esta sociedad consumir es un acto altruista, porque si no consumimos esto se para. Ya no cambiamos de zapatos cuando se rompen sino cuando pasan de moda o vemos a un paisano famoso con el último modelo. Sin embargo, eso no es felicidad, la felicidad es una consecuencia de lo que hacemos, y consumir es un sucedáneo vacío.

La decepción es el auténtico secreto de la felicidad

Por un lado, hemos de tener en cuenta que la felicidad son momentos, no épocas: decía Nietzsche que querer perpetuar la felicidad, además de ser muy infantil, es matarla. Buscar estar bien siempre es absurdo: Lo primero que tenemos que hacer es alimentar una sana decepción sobre nosotros mismos, los demás y el mundo, porque tarde o temprano la vida nos dará un buen sopapo que no podremos encajar si pensamos que esto es Disneylandia. Por ejemplo, darle a un hijo todo lo que quiere es un problema, porque le estás engañando, el mundo no funciona así.


Por eso lo importante no es que te sientas mal: bienvenido al mundo real. Lo importante es qué vas a hacer con ese malestar, porque hay 2 tipos de envidia, la sana que puede ser un motor que te impulse a avanzar y mejorar; y la mala, o un muro contra el que chocar una y otra vez, esa envidia que corroe.

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Ni meditación ni mindfullness. Para lograr la felicidad pasa a la acción

No recomiendo ni meditación ni mindfulness para gestionar tu malestar. Ya tenemos demasiada introspección, eso de voy poner atención al desayuno para disfrutarlo y aprender así a gozar de los momentos mundanos es una castaña de recomendación. La felicidad no se consigue pensando o tomando conciencia, hay que pasar a la acción:

01

Siempre habrá personas más guapas, que tengan más dinero, más éxito… Sin embargo, la vida no es una carrera en la que todos partimos a la vez y de la misma salida, nos encontramos en el mismo circuito pero venimos de circunstancias muy diferentes, comparar vidas es absurdo. Entonces, evita comparaciones, evita las redes sociales todo lo que puedas.

02

El objetivo es aprender a encauzar esa tendencia natural de querer ser feliz y tener cosas, de forma que no sea puramente mercantil y consumista como buscan las redes sociales. La clave está en la acción. Nietzsche decía: conviértete en aquello que eres. La tarea más importante de la vida de una persona es encontrar aquello que se le da bien y exprimirlo.


Más allá de lo que son o tienen los demás, mejórate tú: ¿en qué puedes mejorar?

Con objetivos alineados con la verdadera felicidad: que está en descubrir los propios límites, no en consumir. No busques ese momento ideal en sí mismo porque lo bloqueas, haz cosas que inevitablemente te lleven a él. Esos momentos ideales serán consecuencia de la vida que llevas.

En el fondo el sistema capitalista es muy sencillo: te devuelve en función de lo que aportas. ¿Por qué un futbolista gana mucho dinero? porque hay mucha gente dispuesta a pagar por ver lo que hace.


¿En qué eres bueno? “Sólo” tienes que buscar aquello que el sistema necesita y que a ti se te da bien. El dinero, la satisfacción y la felicidad serán una consecuencia de eso.

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