Una pareja feliz no aparece de la nada, se construye. Necesita de un compromiso para evolucionar, redefinirse y adaptarse a los cambios de los diferentes momentos evolutivos (noviazgo, casamiento, hijos…). En palabras de Camillo Loriedo, en pareja surgen problemas que no aparecen estando sólo. Y como añade Giorgio Nardone, siendo 3, en alusión a la llegada de los hijos, aparecen problemas que no se dan en pareja.
Sí, ¿pero cómo se construye una pareja feliz?
Por un lado tenemos que fijarnos en lo que hacen las parejas felices para replicarlo. Para ellos nos vamos a centrar en lo que Giorgio Nardone ha llamado los factores del Amor: los 4 factores que comparten las parejas felices que duran mucho tiempo. Esto es, el 10% de las parejas. Si, sólo un el 10%…
Por el otro debemos tener claro lo que no hay que hacer, y para eso te voy a dar los 4 tips más importantes.
Cortejar es tratar de atraer a la otra persona con fines romántico – sexuales. Y si queremos que una pareja dure en el tiempo, el cortejo es esencial. Para entender algo, con frecuencia la mejor estrategia es dar un paso atrás, en el sentido de ver cómo se da ese algo en los niños o en los animales. Los etólogos hace mucho que se han dado cuenta de que los animales monógamos, los más inteligentes, como el delfín, el oso polar, el albatros o el lobo, cada primavera en la época de apareamiento, repiten el mismo ritual de cortejo, como si hubieran conocido a su pareja en ese momento, y tuvieran que conquistarla. No hacen un pin pan pun porque ya se conocen, se lo curran.
Pensaban los etólogos que ese comportamiento está determinado genéticamente, sin embargo ahora no se sabe muy bien si es causa o consecuencia, si es primero el huevo o la gallina, porque bien podría ser que el hecho de hacer el cortejo es lo que mantiene la monogamia, el deseo… Porque deseo, si bien al principio viene de serie, con el tiempo hemos de hacer porque aparezca: muestras de cariño, actividades a solas, sorpresas… tenéis que comportaros, en cierta medida, como cuando erais novios para hacer que aparezca el deseo y la sexualidad se mantenga. Las relaciones sexuales no se piden, se inducen, se trabajan.
Sin embargo, también tenéis que tener en cuenta que, como decía Oscar Wilde, no hay nada más trágico que una serie continuada de días felices. Y es que cuando te expones a una misma cosa continuadamente, por muy fuerte que fuera la sensación del principio, se va diluyendo porque te habitúas, es inevitable. Entonces este cortejo debe de ser una alternancia entre autonomía y dependencia, entre distancia y fusión, porque son los espacios sin ver a la pareja lo que aumenta el deseo. Entonces debes creas espacios libres de pareja como cenas, viajes, hobbies… que hagan que os echéis de menos. El amor brota de la carencia, de no tener, de la falta, de echar de menos… y muere en el empacho.
Erróneamente se suele pensar que ser cómplices es estar siempre de acuerdo, y no. La complicidad es mantenerse cómplices aunque haya desacuerdo. Porque siempre va a estar: dos personas no pueden estar siempre de acuerdo. El tema es aprender a dialogar, a ponerse en el lugar del otro, a escuchar… Porque la complicidad también se construye, en el sentido de que hay que aprender a respetarse en el desacuerdo.
Muchas veces hemos oído (o nosotros mismos lo hemos hecho), como un miembro de la pareja deja en evidencia al otro (fijate lo que dice este…, la otra piensa que…), perdiendo absolutamente el respeto y la complicidad. Hay que lavar los trapos sucios en casa.
El punto más polémico. No quiere decir que jamás vas a mirar a otra persona, y tampoco que nunca haya habido una infidelidad. De hecho se puede construir la exclusividad sobre una infidelidad. Cuando una infidelidad rompe una relación, es porque no había nada más que la sostenga. Exclusividad es tener claro que esa es tu persona, a la que cada día tratas de hacer feliz, con la que tienes un proyecto, esa a la que eres totalmente leal, esa que cuidas, que respetas, que mimas… Cuando una persona aporta mucho en la vida de otra, es complicado que ésta deje a aquella por una infidelidad.
El tipo de comunicación en una relación puede ser simétrica o complementaria. Las parejas complementarias son aquellas en las que, por ejemplo, una tiene mucho carácter y manda, y la otra es más sumisa y obedece, se complementan. Las simétricas son aquellas en las que una propone y la otra está siempre en desacuerdo, les une la diferencia. Ninguna de las dos es mejor que la otra. Las parejas sanas son aquellas que alternan simetría y complementariedad. Una persona que se deja llevar y está siempre de acuerdo, no resulta atractiva. Una que está siempre en desacuerdo es insoportable. La clave esa danza en la que a veces cedo por la otra persona, otras no… y vamos cediendo o imponiendo en función de lo que quieres, de lo que quiere el otro…
Como decía, tan importante es saber qué hay que hacer para lograr una pareja feliz, como tener claro qué no hay que hacer para echar una pareja a perder. Estos son 4 de los puntos más importantes que deberías de tener en cuenta en le caso de que quisieras echar tu pareja a perder.
Hoy día, bien por comodidad o bien por necesitad, porque han de trabajar los dos miembros de la pareja para poder vivir, es usual la ayuda de las familias extensas, de hecho es la seña de identidad de las familias de la sociedad del bienestar. El problema es que cuando pides ayuda el otro ya está más en disposición de meterse en cosas de la pareja, con el peligro de que la pareja pierda la exclusividad y la complicidad: el cáncer de una pareja. Entonces, si quieres o tienes que echar mano de la ayuda de familiares, procura que tu pareja siga manteniendo su exclusividad, y que el papel de esa persona sea de apoyo y no se convierta en titular, porque tu pareja se va a resentir.
Cada uno tiene el deber de mantenerse en forma, tanto física como intelectualmente para resultar lo más atractivo posible. El deseo se crea, las relaciones son una consecuencia. Mantenerse bien físicamente no quiere decir que tengas que tener un físico de culturista, pero si que te mantengas sano y lo más vistoso posible. Tampoco quiere decir que no debes tener defectos, al enamorado le encantan los defectos del otro. También es importante cuidarse intelectualmente, leyendo, teniendo hobbies o haciendo cosas interesantes. En definitiva, ser una persona con la que se puede tener una conversación, que aporta…
Este tiene que ver con el mito de que la pareja debe de saber toditas tus intimidades. No. Cada un debe mantener sus pequeños grandes secretos. Cada uno debe de mantener su parcelita. Debemos de crear una especie de misterio, debemos hacer que la otra persona sienta que aún queda algo por descubrir. En el momento en que lo sé todo todo absolutamente de ti, me resultas menos atractivo.
La otra persona debe tener una pequeña sensación, repito, pequeña, de que te puede perder, de que si no hace lo que debe, la relación se puede acabar. Sólo valoramos aquello que hemos perdido o que podemos perder. Si no eres perdible, no eres valorable. Pensamos que al asegurar que siempre, pase lo que pase, estaremos ahí, el otro se sentirá alagado querido y tranquillo. Sin embargo, con frecuencia se consigue el efecto contrario, porque la seguridad y la certeza, no generan ninguna emoción, y cuando tienes algo muy seguro, no lo valoras.
Estas son unas pequeñas pinceladas para construir una pareja feliz. Otras veces hay que solucionar problemas antes de pasar a construir.
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