Buscar la causa de los problemas como forma de solucionarlos, aparenta ser una buena idea, sin embargo, cuando se trata de problemas psicológicos, la cosa se complica. Se complica básicamente porque el ser humano es complicado, y está influido por muchas y diferentes variables que hacen imposible encontrar una única causa.
Biología, experiencias, familia, amigos, enfermedades, momento histórico… un complejo campo de interacciones que hace imposible que los problemas psicológicos estén determinados por una única causa.
Cuando un psicólogo dice que está interviniendo sobre la causa de un problema psicológico, lo que dice en realidad es que interviene sobre lo que él cree que es la causa, en ningún caso sobre la causa real, que no se puede saber.
Dice el refrán que el oficio de padre o madre es el oficio imposible, hagas lo que hagas te equivocarás. Seguro que como padre o madre has hecho cosas mal o cosas que se podrían haber mejorado. Con respecto a la anorexia, los padres con frecuencia se sienten culpables, sin embargo, difícilmente pueden ser la causa de un trastorno tan complejo, no tienen el poder de provocar la anorexia de su hija.
Además, el tratamiento eficaz de la anorexia no se basa en buscar culpables, eso te mete en un bucle sin salida. Los padres tienen que dejar de sentirse culpables de la causa de la anorexia para sentirse responsables del tratamiento. Una anorexia juvenil difícilmente se puede superar sin la implicación de unos padres que tienen que dejar de ser rehenes de su hija para ser coterapeutas, y seguir las prescripciones que ayudarán a su hija a superar la anorexia.
Poca gente sabe que, por ejemplo en la India, no existían los trastornos alimentarios hasta la llegada de la gran industria de la comida procesada. La anorexia solo se da en un contexto de abundancia de comida, nunca en uno de escasez de comida.
La anorexia ha sido históricamente un problema de nobles, de familias que vivían en la abundancia, no de pobres que no tenían qué comer. En esta sociedad del bienestar en la que vivimos sobra comida, y cuando algo sobra no se valora, haciendo mucho más probable este tipo de problemas.
Hasta la fecha no hay noticia de ningún hambriento con anorexia.
Somos psicólogos especialistas en el tratamiento de la anorexia. Si buscas un psicólogo en Bilbao u online, puedes consultarnos tu caso.
En la era de la información y las redes sociales tenemos acceso a modelos a los que antes no teníamos acceso. En la edad media, era muy complicado encontrarte con la reina o la princesa de turno, modelos de aquel tiempo, para ver lo delgadas que estaban. Ahora, con un solo click pueden ver a actrices, top models, cantantes… que son los modelos de las jóvenes, y comprobar lo felices que son estando más delgadas que el palo de una escoba.
Esto hace que, a pesar de ser uno de los problemas psicológicos más graves, el que más probabilidad de morir tiene, las jóvenes no lo vivan como algo terrible, al contrario, de hecho es la patología más amada, tanto que la llaman afectuosamente ana: un estado de gracia y elevación. Como el de los modelos que muestran las redes sociales.
En la edad media el ritmo de vida era totalmente distinto. Por ejemplo, había un solo reloj en la plaza del pueblo que ni siquiera marcaba los minutos. Por contra, la sociedad del S.XXI vive conectada, al segundo, es una sociedad obsesiva, controladora, en la que todo está pautado y medido, y en la que no se puede funcionar bien si no tienes un toque obsesivo, una tendencia al control.
Esto no es malo en sí mismo, e incluso tiene sus ventajas. Pero hasta la moneda más valiosa tiene su cruz. Los avances científicos nos han hecho creer que se puede controlar y dominar todo, cuando no es así. Por ejemplo, nunca hemos tenido tantos medios para controlar nuestra salud, pero cada vez tenemos más hipocondría…
La anorexia tiene una base obsesiva - compulsiva. El intento de control de la comida no es algo aislado en la vida de la joven, lo hace con sus estudios, relaciones, ejercicio físico… Son personas sumamente perfeccionistas y controladoras, que hacen muy bien todo aquello que se proponen.
En una sociedad obsesiva como la nuestra, es más fácil acabar en bucle con la comida y desarrollar una anorexia.
Todos los problemas alimenticios se basan en un intento de controlar la comida. Dependiendo de la forma de hacerlo, tenemos un tipo de trastorno u otro. Y con frecuencia van evolucionando, porque cuando el control sobre la comida empieza a fallar, surgen nuevas formas de control (vomitar, ejercicio extenuante…) que dan lugar a diferentes trastornos.
Cuando hay una fuerte restricción de comida y bajada de peso, el organismo reacciona produciendo endorfinas que provocan estados de bienestar y excitación comparables a tomar cocaína. De hecho, históricamente, no comer siempre fue una forma de alcanzar estados de conciencia alterados entre los religiosos y religiosas.
Hacer ejercicio físico de forma compulsiva puede generar los mismos efectos, porque el cuerpo entra en una especie de modo supervivencia en el que, cuanto más ejercicio hace más necesita hacer y cada vez tiene menos ganas de comer, llegando incluso a la muerte.
Respuestas como esta hacen que la anorexia se refuerce a sí misma, metiendo a la joven en un bucle sin fin.
Por ejemplo, un efecto psicológico muy importante es el llamado lentes deformantes, en el que cuanto más baja de peso la joven, más gorda se ve. Y es que el hecho de estar en infrapeso provoca una serie de cambios como este que hacen que el problema se refuerce a sí mismo.
Cuando va poco a poco recuperando el peso, la percepción de su cuerpo se va ajustando y ve lo delgada que está, llegando a asustarse.
La anorexia se formó en el pasado, si; y con frecuencia conviene conocer ese pasado, pero más para situarnos ante esa persona que porque el hecho de conocerlo vaya a hacer que se solucione en el presente. El pasado, para bien o para mal, no se puede cambiar; si podemos cambiar los efectos del pasado en el presente.
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Una terapia breve centrada en soluciones y en el presente
Buscar la causa pasada de la anorexia como forma de superarla, como se hace desde algunos modelos de psicoterapia, es una de las formas más ineficaces de superarla, que además puede llegar a ser muy peligrosa. En la anorexia la posibilidad de muerte es real, y se debe intervenir de la forma más eficaz desde el minuto cero.
Conclusión
Para superar la anorexia tenemos que centrarnos en cómo se mantiene, porque el hecho de no comer y bajar de peso provoca en el cuerpo unos mecanismos adaptativos que refuerzan el trastorno, con total independencia de por qué empezó.
La anorexia tiene una dinámica que se agrava a medida que la joven deja de comer: cuanto menos come menos quiere comer y más peso pierde, con total independencia de porqué empezó a dejar de comer.
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