La migraña no es una enfermedad

Al 93% de las personas les duele la cabeza alguna vez a lo largo de su vida, no es una experiencia anormal; sin embargo, sólo se cronifica en un 12%

¿Qué es la migraña?

Que la migraña no sea una enfermedad no quiere decir que no sea un grave problema o que tu dolor sea inventado. Quiere decir que ese sufrimiento no se debe a una enfermedad propiamente.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la enfermedad es una alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible. Esta definición no se puede aplicar a la migraña.

Sin embargo, por un lado crees que ese sufrimiento tan horrendo, pese a no tener ninguna prueba, no puede deberse a nada que no sea una enfermedad, y te sientes insultado cuando te dicen que no lo es. Por otro lado, al considerarlo como enfermedad, te sientes respetado como paciente, además de mantener viva la esperanza en el descubrimiento de la causa de la migraña. No obstante, tratar la migraña como una enfermedad, es lo que hace que no la superes. 

Parafraseando a Watzlawick (1967), la medicina es un modelo basado en la física, un sistema cerrado que no tiene en cuenta que los sistemas vivientes tienen tratos cruciales con su medio ambiente, por lo que los métodos de análisis adecuados a cosas que pueden aislarse y sellarse, no se pueden aplicar al tratamiento de la migraña. El dolor es una emoción, y las emociones son básicamente dinámicas entre un organismo (no un cerebro supuestamente autónomo) y su entorno. 

Descartes, padre de la medicina moderna, llevó a cabo una operación para hacer de la medicina una ciencia: objetivar el cuerpo. Éste pasó a ser un organismo, esto es, un conjunto de órganos. Operación necesaria para construir una ciencia y alejarse de los humores hipocráticos, pero muy problemática en cuanto al cerebro y a la psique se refiere.

Objetivar un ojo, una rodilla o un riñón, es la mejor manera de conocerlos. Sin embargo, en lo tocante a sensaciones o percepciones, cuanto más se objetiva y se rebusca dentro del cerebro, menos se entiende porque no se pueden reducir a biología.

El cerebro dista mucho de ser lo que nos han vendido: un órgano ejecutivo e independiente que maneja el organismo a su antojo. Se parece mucho más a un órgano mediador, aquel que nos permite entrar en contacto con el ambiente, y separado del cual, difícilmente se puede entender: si lees un libro, tu cerebro cambia; si aprendes a bailar, tu cerebro cambia; si vas al monte, tu cerebro cambia…

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El sistema nervioso permite sentir, entre otras cosas, dolor, pero no lo puede generar por sí mismo. De la misma forma que un coche permite desplazarse sólo si alguien lo conduce, el cerebro permite sentir dolor si hay un ambiente y un comportamiento. Pensar que el cerebro genera dolor por sí mismo, es tan extravagante como pensar que una guitarra suena sola, sin que nadie la toque.

La unidad de análisis no es la neurona ni la proteína o la enzima, tampoco el gen. Es la relación entre la persona y el ambiente. El origen de la migraña ya ha sido descubierto, y está en estos dos conceptos: dinámica y retroalimentación.


Es la dinámica que establece la persona con su propia cabeza lo que retroalimenta el dolor, no una proteína o un gen. Para superar la migraña tienes que salir del cerebro y de conceptos como error evaluativo, neuronas, genes, proteínas, enzimas o triptanes. 

Tratar la migraña desde la neurología es como tratar de resolver un asesinato examinando la pistola usada, hipotetizando que algo debe de estar mal en ella para haberse disparado, y dejando de lado la escena del crimen, personas involucradas, posibles motivos, coartadas… La migraña no se puede entender únicamente desde la neurología, desde la neurociencia, desde el cerebro, un órgano en continua interacción con el ambiente, y del cual dependen la mayoría de sus respuestas.

Esto no es algo original ni exclusivo de la migraña, hay más trastornos que se deben a dinámicas comportamentales que retroalimentan respuestas del organismo. Esto es, el problema no está en el organismo propiamente sino en la reacción de la persona ante las respuestas del organismo.

Por ejemplo:

  • Trastorno de pánico: el problema no son las sensaciones (taquicardia, mareo, sensación de ahogo…) sino cómo reacciona la persona ante ellas: se asusta de sensaciones que no deberían de estar, provocando que el organismo reaccione aún más. Esto hace que la persona se asuste aún más, haciendo que el organismo reaccione aún más… El ataque de pánico responde a una escalada entre la persona y sus propias sensaciones. El organismo por sí mismo, sin la colaboración de la persona, no puede llegar al pánico.
  • Fobias: una fobia no se mantiene debido a un cerebro independiente y tozudo que se empeña en percibir un peligro inexistente. Primeramente, el cerebro no puede percibir, permite percibir, algo muy distinto. Y segundo, lo que mantiene la activación cerebral es aquello que hace la persona: evitar lo que teme. Es la evitación la que retroalimenta el miedo, no un neurotransmisor, una proteína o un gen.
David Sojo Psicólogo Psicoterapeuta La Migraña se Desactiva, no se cura

LA MIGRAÑA

SE DESACTIVA

Si has tirado la toalla con la migraña y te has resignado a vivir siempre con dolor, este libro es para ti.

Al 93% de las personas les duele la cabeza alguna vez a lo largo de su vida, no es una experiencia anormal; sin embargo, sólo se cronifica en un 12%. ¿Qué tienen en común ese 12%? La forma de reaccionar ante el dolor. El dolor de cabeza se cronifica en la medida en que la persona hace cosas para tratar de quitárselo, en la medida en que le coge miedo al dolor, en la medida en que acabe viviendo alrededor de su cabeza. La migraña se construye, no aparece de un día para otro.

Por ejemplo, ¿cómo acaba una persona en urgencias por dolor de cabeza? No llega por un dolor sobrevenido, como si de una hemorragia se tratase, llega por una escalada: 

  1. Te empieza a doler la cabeza. 
  2. Te inquietas. 
  3. Te tomas el fármaco. 
  4. No te hace efecto. 
  5. Te pones nervioso.
  6. Te duele más. 
  7. Te agobias.
  8. Te duele más… 

Hasta que el dolor es tan insoportable que acabas en urgencias.

Una cosa es un dolor de cabeza puntual, algo que prácticamente todo el mundo siente a lo largo de su vida, y otra su cronificación, que está determinada por la respuesta de la persona al dolor: Dinámica y retroalimentación.


No hay un sólo marcador biológico para diagnosticar la migraña, de hecho es un descarte, no un diagnóstico. Tampoco lo hay para distinguir el dolor de cabeza puntual de la migraña, que es más dolor más frecuentemente. La migraña es una dinámica que se va construyendo por la retroalimentación que provoca en el sistema nervioso aquello que hace la persona cuando tiene dolor de cabeza; por la dinámica que ha establecido la persona con su propia cabeza.

Para superar la migraña debes perderle el miedo al dolor y empezar a cambiar el modo en que reaccionas ante él, algo nada fácil y que genera mucha resistencia. Como decía Paul Watzlawick, el paciente está dispuesto a todo menos a eso. Eso siempre es lo más oneroso y complicado para él, pero al mismo tiempo la clave para superar el problema.

¿Cómo se supera la migraña?

En este video te explico la clave para superar la migraña:

En este otro qué tienes que hacer para superar la migraña:

En este porqué el fármaco está ayudando a que la migraña se cronifique:

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