Las conversaciones de ascensor siempre fueron complicadas, porque para cuando éstos empezaron a proliferar, ya nos habíamos convertido en una sociedad más individualista, en la que la conversación y el contacto social habían retrocedido. Internet ha sido el acabose de una tendencia que viene de lejos.
Según algunos autores, el individualismo empieza con el cristianismo, que se focaliza en algo hasta entonces inaudito: la salvación del alma de cada individuo (ya decía Rousseau que el cristiano no es un buen ciudadano…).
Ya por el S.XIV con el auge del humanismo (el hombre pasa a ser el artista creador, dejando a dios de lado) y la reforma protestante (que se centra en la experiencia subjetiva de la fe), marcan el inicio de ese prototipo del yo interior hasta entonces desconocido.
Por ejemplo, no es casualidad que la palabra psicología, nazca hacía el 1500 con unos escritos que ponen el foco en la perfección del hombre y su realización personal. Tampoco que en la misma época aparezcan los primeros primeros “selfies”: con Durero, Velazquez o Rembrandt nacen los primeros autorretratos.