8 claves para superar el dolor de cabeza

Había una vez un borracho buscando sus llaves bajo una farola. Un paisano que pasaba por ahí se puso a buscarlas con él, y al rato le pregunta:

oiga, ¿está seguro de que las ha perdido aquí?

A lo que el borracho responde: no, las he perdido más allá, pero está muy oscuro para buscarlas.

Con la migraña pasa lo mismo: se busca la causa donde parece haber más luz, en la neurociencia, pero está más allá.

INDICE DE CONTENIDOS

01 - La capacidad de sentir dolor es neurofisiológica

02 - La hipótesis del modelo médico

03 - ¿Qué es percibir?

04 - Dolor y miedo, parecidos razonables

05 - Todas las cabezas duelen

06 - Más allá de las neuronas

07 - Un trastorno fóbico

08 - ¿Cómo se cambia la percepción?

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La capacidad de sentir dolor es neurofisiológica

No sabemos todo sobre el dolor, pero sí tenemos algunas certezas. Por ejemplo, todos estamos de acuerdo en que la capacidad de sentir dolor es neurofisiológica: para que una persona sienta dolor, tiene que haber una activación neurofisiológica; sin esa activación no hay dolor.

Sin embargo, no estamos de acuerdo en porqué se pone en marcha esa capacidad, y en porqué se mantiene encendida. Hay muchos y diferentes enfoques, y cada uno con su porqué; dependiendo del que elijas para tratar tu migraña, harás un tratamiento que nada tendrá que ver con el que hubieras hecho de haber escogido otro.

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La hipótesis del modelo médico

Por ejemplo, el modelo médico, partiendo del presupuesto de que todo problema de salud tiene un sustrato bioquímico o anatómico, busca en el organismo aquello que causa la activación neurofisiológica que resulta en el dolor de cabeza (genes, péptidos, proteínas, neuronas…). Sin embargo, cuando atendemos a qué es el dolor, salta a la vista que han pasado por alto que el dolor es psicofisiológico:


El dolor es la forma que tiene el organismo de inducirnos a hacer algo para manejar aquello que ha percibido como peligroso (no aquello que necesariamente es peligroso).


Por ejemplo, si tocas un radiador ardiendo busca que apartes la mano porque ha percibido que se está destruyendo tejido; por el contrario, si te rompes un brazo, busca que no lo muevas para que pueda sanar.

Esto es, el dolor no existe en lo absoluto, como algo que pueda brotar de un gen, un péptido, una proteína o una neurona; siempre va asociado a una percepción sin la cual no puede existir.

David Sojo. Terapia Breve Estratégica

4,9De 5 estrellas

Valoración global de 75 opiniones de Google

Despues d años d terapia, He conseguido retomar la confianza en mi. Terapia muy directa al problema, sin rodeos.... Eskerrik asko David

Alex Sky
Hace un mes

Aveces solo necesitas que alguien te escuche, tal vez las cosas que crees que están mal pues no lo está, excelente servicio

Leire Vadillo
Hace un mes

Ha sido mi primera vez en terapia y acudía con las dudas de cómo sería, de si me serviría de ayuda, de si me sentiría incómoda... Y lo cierto es que David me ha ayudado muchísimo, y en pocas sesiones he podido recuperarme del problema de estrés que estaba sufriendo. Además me hizo sentir súper cómoda desde el principio. Muchas gracias por tu ayuda, David, eres un gran profesional y con tu amabilidad y cercanía has conseguido que recorrer este camino haya sido menos complicado. Un abrazo.

Xabmer
Hace un mes

Gran profesional. Me ha ayudado mucho con mi problema de confianza en mi mismo en tan solo 3 sesiones. Muy recomendable.

Alfonso Corbacho
Hace un mes

Ayuda eficaz.

Acudí a David por las migrañas incapacitantes que sufría desde hace más de 10 años, ya no sabía que hacer (médicamente ya no encontraba ninguna solución). Hoy puedo decir que las migrañas son parte del pasado. David me ha ayudado a entender cómo funcionan y sobre todo, cómo funcionaba yo ante ellas. No puedo estar más agradecida por haberme ayudado a recuperar mi vida. Sin duda, si tienes migrañas, te animo a que pruebes esta alternativa. Gracias David por tu profesionalidad y tu humanidad.

ANDER LASTRA
Hace 3 meses

Recurrí a David hace unos meses para intentar solucionar algunos problemas emocionales que tenía, ya que me sentía un tanto atascado en la vida. La verdad es que creo que acerté completamente. Sin darle demasiadas vueltas al pasado, te ayuda con su sabiduría, multitud de consejos y pequeños trucos, que te sirven para afrontar el presente con otra perspectiva. El trato es muy cercano y la terapia se hace muy amena. Muy recomendable! Eskerrik asko David!

José Fdez
Hace 3 meses

La Terapia es muy generalista.No está personalizada en el paciente.No recomendaría

Un 10 en hacerte entender porque piensas como piensas y cómo mejorarlo. Creo que me llevo un aprendizaje muy valioso para el resto de mi vida gracias al buen trabajo de David. Solo una palabra: gracias.

Natxo Ruiz Garate
Hace 5 meses

Acudimos a David para tratar de dar solución a unos problemas de nuestro hijo. Conciso, sencillo y efectivo 100%. Una maravilla. Nos lo recomendó una amiga. Gran acierto y gran descubrimiento.

deñe deñe
Hace 10 meses

Recomendable. He estado en más terapias con diferentes psicólogos y esta ha sido totalmente diferente. Si esperas una terapia convencional, esta no lo es. No puedo decir que me haya cambiado la vida radicalmente, ni que me hayan desaparecido completamente los Dolores de cabeza. Pero he mejorado tanto en las migrañas como en temas de angustia y ansiedad.... y eso es mucho.

Estoy mas que agradecido de haber conocido a David, la forma en que me ha ayudado, en la que te habla, en como llega a ayudarte, a solucionar, a hacerte ver, a conseguir lo que necesitas, lo que anhelas, de una forma directa y cercana, para mi la mejor. Muchas gracias por todo

Encontré la oficina de David un día buscando en internet y decidí darle una oportunidad. Y la verdad que estoy encantada. Desde el primer momento ha sido sencillo hablar con él. Detecto muy rápido lo que me pasaba y desde la primera sesión me dio herramientas para ponerlas en práctica, y rápidamente empecé a ver resultados. En todo momento te da la confianza que necesitas y te enseña los progresos que vas haciendo aunque tu no te des cuenta. Todo es al ritmo que tu marcas y al paso que tu necesites.

He participado de varias sesiones de terapia con David y me ha encantado su enfoque. Después de haber consultado algunas otras opciones, hemos llegado (por recomendación) hasta David y ha sido un gran acierto. Nos ha ayudado muchísimo en un corto periodo de tiempo. David nos ha guiado con consejos muy útiles y esto ha tenido un efecto muy positivo en el tema que nos preocupaba. Sin dudas, recomiendo a David a otras personas que lo requieran.

Deifmen (Kyhùri)
Hace un año

David es muy profesional, eficiente y sobre todo cercano. La terapia realizada ha sido muy buena, con ejercicios muy cómodos y sencillos de hacer. En mi caso en menos de 3 meses ha habido muy buenos resultados o sea que recomendadisimo!!

Nerea Ruiz
Hace un año

David ha conseguido afianzar la confianza en mí misma y en mis capacidades. Su perspectiva en el tratamiento de la migraña me ha parecido sorprendentemente eficaz! No dudes en contactar con él si este tema te tiene desesperad@, porque hay esperanza!!

Desde la primera sesión pude conectar estupendamente con David. Tenía un problema de migraña desesperante y agotador y prácticamente desde la segunda sesión los dolores fueron minorizandose gracias al entendimiento que tuve de la migraña como dolor y no como enfermedad. Las directrices y la forma de tratar la migraña por parte de David me ayudan en mi día a día. Apenas tengo dolores de cabeza, pero de la migraña por suerte ni me acuerdo. Ahora seguimos trabajando en ello y en otras muchas más cosas. Siempre agradecida

Alex Vazquez
Hace un año

David es una gran persona y un auténtico crack en su campo. Me ha ayudado mucho a sobrellevar mis problemas de obsesividad/ansiedad y siempre me ha dado las pautas para recuperar mi camino cada vez que me salgo de él… Lo que más destaco de él es su capacidad de ir al origen de problema y tratar de resolverlo con métodos científicamente contrastados. Hace las cosas muy fácil. Ahora me toca continuar con mi camino pero le estoy muy agradecido y trataré de aplicar todo lo que me ha enseñado.

Javi Pastor
Hace 3 años

Trabajé con varias sesiones online con David para tratar mi migraña y el resultado ha sido fantástico. En muy poco tiempo he "domado" la migraña, me siento mucho mejor y tengo las herramientas necesarias para que no vuelvan a interferir en mi día a día como lo hicieron durante este año. Y si algún día necesito ayuda, sé que siempre tengo a David al otro lado para solucionarlo. ¡Muchas gracias por todo!

David, en unas pocas sesiones, me ha ayudado y me ha ofrecido herramientas para gestionar mi dolor y todo lo que este supone. Gracias a él se cómo enfrentarme mejor a las crisis (cuando lleguen). Es una persona cercana y muy amable. Muchas gracias

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¿Qué es percibir?

Percibir es un proceso mental a través del cual el organismo da un significado a un evento interno o externo.


Detrás de todo dolor hay una opinión, porque el dolor es siempre dolor ante algo percibido como amenazante para la integridad de la persona, y un gen, un péptido, una proteína o una neurona, no pueden percibir. Sólo una persona (con genes, péptidos, proteínas, neuronas…) situada en un entorno con el que interactúa puede percibir. Pensar que el sistema nervioso percibe, es como pensar que una guitarra suena sola, sin que nadie la toque.

Tener genes, péptidos, proteínas, neuronas… esto es, un organismo, es necesario para poder percibir, pero no suficiente. Un organismo no percibe por sí mismo cuál ordenador independiente, necesita un entorno y un comportamiento. La percepción está necesariamente unida a la acción: no hay percepción sin acción, ni acción sin percepción, lo que Merleau Ponty llamó intencionalidad motora. Aquello que aparece en la conciencia de la persona, aquello que siente, está determinado por su interacción con el entorno, no por un péptido o una proteína.

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Dolor y miedo, parecidos razonables

Esto se entiende mejor si miramos el funcionamiento del miedo, otra emoción básica que tiene muchas similitudes con el dolor:


El miedo es la forma que tiene el organismo de inducirnos a evitar aquello que ha percibido como peligroso (no aquello que necesariamente es peligroso).


La capacidad de sentir miedo, igual que la de sentir dolor, es neurofisiológica y la tenemos todos. En el miedo están involucrados genes, neuronas, proteínas, péptidos… que no son la causa sino correlatos, porque el miedo tampoco existe en lo absoluto, como algo que pueda brotar de una neurona o una proteína: el miedo también nace de una percepción, siempre es miedo a algo.

Su cronificación tampoco depende de un gen, un péptido, una proteína o una neurona, depende del comportamiento de la persona: cuanto más evita eso que teme, más aumenta la percepción de peligro, y con ella la activación neurofisiológica y el miedo que siente. Por el contrario, si afronta eso que teme, la percepción de peligro se reduce, consecuentemente la activación neurofisiológica se debilita, y el miedo desaparece.

¿Cómo se supera la migraña?

En este video te explico la clave para superar la migraña:

En este otro qué tienes que hacer para superar la migraña:

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Todas las cabezas duelen

Con el dolor de cabeza pasa lo mismo: una cosa es la capacidad de sentir dolor de cabeza, que todos tenemos, de hecho al 93% de las personas les duele la cabeza en algún momento de su vida (Rizzoli et al, 2018); otra su puesta en marcha, que depende de una percepción, de que el organismo perciba una amenaza; y otra su cronificación, que depende de cómo responde la persona al dolor, de la relación que establece con él. A nivel biológico no hay ninguna diferencia cualitativa entre un dolor de cabeza puntual y el dolor crónico, es más dolor durante más tiempo. La clave no es la genética, todas las cabezas tienen la capacidad de doler; la clave es la epigenética: un mismo genoma se expresa de forma diferente dependiendo de su relación con el ambiente. Genes, péptidos, proteínas, neuronas… son garantes de la sensación, jamás causantes.

Sin embargo, la neurociencia retuerce la realidad para hacerla encajar en su teoría, y busca el origen del dolor de cabeza crónico en alguna estructura o proceso del organismo, cuando ya sabemos exactamente cuál es el origen de la migraña: como el de todo dolor, una percepción.

No hay una sola prueba de enfermedad en el organismo de una persona con dolor de cabeza crónico, y desde un punto de vista lógico, no tiene ningún sentido; sin embargo, con un afán que tiene más que ver con la fe que con la ciencia, se sigue insistiendo en esta vía. En palabras de Hegel, si los hechos no concuerdan con la teoría, peor para los hechos.

La historia de la investigación médica del dolor de cabeza, es una historia de confusión entre correlatos y causas: que los genes, proteínas, péptidos o neuronas estén implicados en el dolor, no quiere decir que sean la causa.

No es casualidad que a pesar de ser el modelo más difundido, sea el que menos éxito tiene: nadie ha superado la migraña con un fármaco, porque éste, en el mejor de los casos bloquea la activación neurofisiológica que pone en marcha la percepción, pero como no puede cambiar la percepción misma, el dolor de cabeza vuelve sin remedio. La persona cree que gracias al fármaco puede manejar los brotes, cuando la realidad es que a causa del fármaco está metida en un bucle de dolores de cabeza, porque delega en él una tarea que sólo ella misma puede hacer: cambiar una percepción.

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Más allá de las neuronas

Son pocas las disciplinas que aún no han caído en la moda de justificarse mediante las neuronas (neuromarketing, neuroeconomia, neuropsicoanalisis, neurorobótica, neuropsicología, neurolingüística…), porque la luz que irradian la neurociencia y el cerebro, a día de hoy, lo abarca todo. Sin embargo, la llave para superar el dolor de cabeza, está más allá de las neuronas y de una neurociencia que, en este caso, más que alumbrar, deslumbra.

En base al conocimiento que tenemos hoy día sobre el dolor, no hay ninguna razón científica para considerar a la neurología como la disciplina indicada para tratar el dolor de cabeza crónico. La neurología debería ocuparse de los problemas biológicos del sistema nervioso, de aquello es que estrictamente médico (hemorragias, isquemias…), no de aquello que siente de la persona, porque no hay ningún patrón de conexión entre los estados cerebrales (lo que pasa en el cerebro) y los mentales (lo que siente la persona), y no lo habrá porque son niveles epistemológicos distintos.

Por ejemplo, las zonas cerebrales activadas en una experiencia de dolor, en una misma persona ante un mismo estímulo doloroso, ni siquiera son siempre las mismas (Butler, 2016). Por tanto, aunque lleguemos a controlar totalmente lo que pasa en el sistema nervioso, no controlaremos el dolor. Aquello que aparece en la conciencia de la persona, aquello que siente, viene determinado por su relación con el entorno, no por lo que pasa en el sistema nervioso. Tratar de superar el dolor de cabeza crónico estudiando las neuronas, es como aprender a bailar estudiando las fibras musculares.

La medicina es un modelo basado en la física, en un sistema cerrado. Un método de análisis ideal para estudiar cosas que pueden aislarse como el riñón, el hígado o una rodilla, pero inapropiado para estudiar el cerebro, porque su característica esencial es la continua interacción con el entorno. Estudiar la migraña aislando el cerebro, es como estudiar el fenómeno de las mareas analizando las moléculas del agua, dejando de lado la relación entre la Tierra y la Luna.

Desactiva tu migraña

Miriam Duque (EITB Media) entrevista a David sojo para hablar del dolor de cabeza.

Nuestro psicólogo, David Sojo, nos ayuda a gestionar nuestra percepción del dolor para poder seguir con nuestra vida.

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Un trastorno fóbico

Psicológico no quiere decir inventado o que lo podrías superar si realmente quisieras; quiere decir que todo dolor, haya o no haya daño físico, va unido a una percepción: un proceso mental a través del cual el organismo da un significado a un evento interno o externo. El dolor psicológico no existe, el dolor es dolor: una sensación que se siente en el cuerpo pero que nace de una percepción. La migraña tiene muy poco que ver con una enfermedad neuronal, sin embargo, que no sea una enfermedad no quiere decir que no sea un grave problema, quiere decir que es un grave problema que precisa otro tipo de abordaje. 

Aunque la migraña no se incluye en la clasificación de los trastornos fóbicos, si la observamos detenidamente, salta a la vista que su formación y persistencia se basa en una dinámica perceptivo - reactiva desencadenada por el miedo que supone la amenaza del dolor. Esto es, el miedo que tiene la persona a que el dolor vuelva, le impulsa a hacer algo para tratar de manejarlo, sin embargo, con la mejor intención consigue el peor de los efectos, y acaba creando una dinámica con su cabeza que cronifica el dolor.

Una fobia se construye en función de cómo responde la persona al evento, estímulo o situación. Las tres soluciones intentadas (aquello que hace la persona con la intención de solucionar el problema, que sin embargo lo empeora y lo mantiene) son: tratar de controlar, evitar y pedir ayuda (Nardone, 2023).

Controlar

La más habitual, no es casualidad que el rasgo de personalidad más asociado a la migraña sea el perfeccionismo. Nadie tiene migraña de un día para otro, se construye a medida que la persona trata de controlarla: comienza a vivir alrededor de su cabeza tratando de identificar desencadenantes, patrones en las zonas que duelen, en la intensidad… pero lejos de llegar a controlar el dolor, éste se convierte en un fantasma impredecible que tortura sin piedad a a la persona.


Evitación

Por un lado, en el caso de las migrañas desencadenadas por un estímulo concreto (viento del sur, chocolate, queso curado, alcohol…), la persona evita haciendo que, al reencontrarse con dicho estímulo, la respuesta sea cada vez más intensa.

De modo general, la persona que sufre migraña tiende a evitar situaciones que percibe como estresantes (sociales, deportivas, nuevas, conflictivas…) con la esperanza de que la tranquilidad bloquee el dolor de cabeza; sin embargo, cada vez se sensibiliza más a ese tipo de situaciones, y además, quedarse en casa para que el dolor no aparezca o desaparezca, es la peor estrategia, porque aumenta la atención que presta a la cabeza haciendo más probable que el dolor aparezca o que se mantenga.


Pedir ayuda

La persona busca ayuda en los médicos, sin embargo, la visión organicista y determinista que tiene la medicina de la migraña, en la que la persona es víctima de unos procesos biológicos sobre los que no tiene ninguna responsabilidad, la pone en una situación en la que, más allá de sufrir pasivamente con la ayuda de fármacos, aferrada a la esperanza de que algún día aparezca la solución a su martirio, no puede hacer nada.

En palabras de Óscar Wilde, el camino al infierno con frecuencia está empedrado de buenas intenciones. En el caso de la migraña, los intentos de solución que pone en marcha la persona, construyen una prisión de la que cada vez es más difícil escapar.

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¿Cómo se cambia la percepción?

Sabemos que el origen de todo dolor es una percepción, y que toda percepción es inseparable del comportamiento. Por tanto, para superar el dolor de cabeza crónico, tienes que cambiar tu comportamiento, la relación que tienes con el dolor de cabeza.

Por un lado, la característica esencial del comportamiento de una persona con dolor de cabeza crónico, es que deja de vivir hacía el mundo para vivir alrededor su cabeza, y cuanta más atención le presta, más probable es que le duela. De hecho, llevar un diario de dolor de cabeza o estar atento a la cabeza para tomar el fármaco precozmente, son excelentes formas de cronificar el dolor. Típicamente dice: cuando no tenga dolor de cabeza haré tal o cual, iré a esto o a lo otro… y debes darle la vuelta: no tienes que superar el dolor de cabeza para recuperar tu vida; tienes que recuperar tu vida para superar el dolor de cabeza

Por otro lado, tienes que olvidarte de los desencadenantes, porque como no tienes forma de anticiparte y controlarlos, estar pendiente de si viene o no, genera un estado de inquietud que, efectivamente, hace más probable la aparición del dolor. Lo único que tienes que tener en cuenta es que, sea cual sea el desencadenante, está equivocado, por lo debes centrarte en cómo respondes al dolor de cabeza, ahí tienes todo el control. Cuando te empieza a doler la cabeza, quiere decir que tu organismo opina que algo no va bien, dependiendo de tu reacción, esa opinión se ratifica o se rectifica. Si te asustas y te metes en una habitación a oscuras… estarás ratificando la percepción de amenaza; por el contrario, si en la medida en que el dolor te lo permite, mantienes la calma y cierto nivel de actividad sin forzar demasiado, estarás rectificando la percepción; consecuentemente la activación neurofisiológica tenderá a disminuir, y el dolor con ella. No es fácil, sin embargo, cambiar la forma de reaccionar es la clave para cambiar la percepción: tienes que perderle el miedo al dolor.

No es casualidad que haya tantos y tan diferentes remedios para el dolor de cabeza (botox, cambio de alimentación, deporte, piercing, acupuntura…), que funcionan en unas personas pero no en otras.

Si funciona uno, ¿cómo puede funcionar otro totalmente distinto?, ¿por qué no se pueden sistematizar para usarlos con todos los pacientes?, ¿qué tienen en común? Lo que funciona no es el remedio en sí; es el hecho de hacer algo diferente, de cambiar el comportamiento, lo que por azar y sin buscarlo premeditadamente, cambia la percepción en esa persona, siendo imposible replicarlo en otra, porque una percepción es una opinión particular de la realidad.


Para superar la migraña no tienes que cambiar una proteína, un péptido o una neurona; tienes que cambiar una opinión (percepción).

David Sojo Psicólogo Psicoterapeuta La Migraña se Desactiva, no se cura

LA MIGRAÑA SE DESACTIVA

NO SE CURA

Si has tirado la toalla con la migraña y te has resignado a vivir siempre con dolor, este libro es para ti.

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